Como la belleza de un atardecer
estaba la rosa amarilla en flor
cuanto más abierta más color y olor
cuanto más abierta más color y olor
hasta que así ve sus pétalos caer.
También las personas dejamos caer
los años que pasan y aún peor
nuestros tiempos mozos y nuestro candor
es la belleza efímera del ayer.
Pero eso es natural y es la realidad
vinimos al mundo para padecer
y la belleza que Dios nos regaló,
hubo que llevarla con mucha humildad
pues no la perdimos al envejecer
que solo al interior se nos trasladó.
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